Payments 2030 | La próxima década redefine la infraestructura de pagos global
Una visión global hacia 2030
El panorama que se perfila no surge de una proyección hipotética, sino de una radiografía concreta del mercado.
El informe Payments 2030: What’s Shaping the Future, elaborado por Finextra Research en colaboración con ACI Worldwide, recoge la visión de 162 ejecutivos senior de bancos, fintechs y proveedores de pago de Norteamérica, Europa, Reino Unido, Asia-Pacífico y Medio Oriente & África (MEA).
Su hallazgo principal es claro: el ecosistema de pagos avanza con fuerza hacia la digitalización total, pero aún existe una brecha significativa entre las aspiraciones estratégicas y la preparación operativa para sostenerlas.
El punto de inflexión
El futuro de los pagos ya comenzó. Bancos, fintechs y procesadores de todo el mundo están inmersos en una carrera por modernizar su infraestructura y responder a las nuevas demandas de usuarios y reguladores.
Sin embargo, la brecha entre ambición y preparación sigue siendo amplia: 46 % de las instituciones admite estar solo algo preparadas, no bien preparadas o nada preparadas para soportar el crecimiento del volumen de pagos digitales iniciados por los usuarios.
Aunque apenas un 1 % declara no estar preparado en absoluto, la cifra cobra otra dimensión cuando se extrapola al universo global: equivale aproximadamente a 440 bancos en todo el mundo. Esta realidad evidencia que, sin una inversión sostenida en infraestructura, las promesas de la transformación digital no se materializarán plenamente.
La conclusión es clara: las instituciones deben avanzar hacia plataformas modernas, seguras y resilientes. El futuro de los pagos no espera.
La nube: de promesa a infraestructura
La migración hacia entornos cloud es el nuevo estándar de competitividad.
Hoy, 36 % de las organizaciones ya tiene más de la mitad de sus funciones de pago operando en la nube, y los modelos híbridos seguirán dominando a corto plazo.
El optimismo regional revela una tendencia interesante: MEA, Asia-Pacífico y el Reino Unido lideran con más del 31 % de las instituciones esperando operar totalmente en la nube en los próximos cinco años, 18 puntos porcentuales más que en Norteamérica y Europa.
La diferencia se explica por la complejidad de los sistemas legados en Estados Unidos, donde la transición tecnológica avanza más lentamente que en mercados emergentes con infraestructuras más flexibles.
La nube no es solo tecnología. Es la base para operar en tiempo real, crear nuevos modelos de negocio y ofrecer experiencias seguras, 24/7 y sin fricción.
Pagos instantáneos: el tiempo deja de ser una barrera
El 41 % de las instituciones planea habilitar pagos instantáneos salientes en los próximos dos años, consolidando una tendencia que ya no distingue husos horarios.
Europa avanza por impulso regulatorio, mientras India (UPI) y Singapur (PayNow) lideran en Asia.
En Estados Unidos, más del 40 % de las transacciones en tiempo real ocurre fuera del horario bancario, reflejando un cambio cultural irreversible: los usuarios ya no esperan.
El caso del RTP Network, operada por The Clearing House, lo ejemplifica: procesa más de 1,2 millones de pagos diarios y, desde 2025, permite operaciones de hasta 10 millones de dólares, quintuplicando el tamaño promedio de las transacciones en seis meses.
La velocidad dejó de ser diferenciador: se convirtió en requisito.
Pagos A2A: la disrupción silenciosa
Detrás de la inmediatez, emerge otro fenómeno: el crecimiento de los pagos cuenta a cuenta (A2A).
El 63 % de las instituciones espera un crecimiento anual superior al 10 %, y 81 % ya moderniza su infraestructura para soportar ese volumen.
Según el ranking del estudio, la demanda de los clientes por pagos más rápidos es el principal motor de este crecimiento (Rank 1, Score 2.75).
Le siguen los cambios regulatorios (Rank 2, Score 2.65) y el traslado de pagos con tarjeta hacia A2A (Rank 3, Score 2.52).
En contraste, las iniciativas de Open Banking ocupan el último lugar (Rank 4, Score 2.08), lo que sugiere que su impacto será más estructural y de largo plazo.
En Europa, los avances se dan bajo el marco de SEPA Instant y la banca abierta; en Asia, los ecosistemas interoperables lideran la adopción.
Aun así, solo 3 % de las organizaciones considera tener la capacidad actual para manejar este crecimiento.
La próxima gran transformación no está en las tarjetas, sino en cómo fluye el dinero directamente entre cuentas.
Regulación e innovación: la doble frontera
La regulación es tanto freno como motor.
Casi la mitad de las instituciones (47 %) sigue reaccionando a los plazos regulatorios en lugar de anticiparse, y 19% admite tener dificultades para cumplir.
Sin embargo, los líderes comienzan a ver el cumplimiento como una plataforma para innovar.
Los marcos de ISO 20022, los mandatos de pagos instantáneos obligatorios y las normas antifraude no solo ordenan el sistema: sientan las bases de una infraestructura global más interoperable y segura.
Mientras tanto, 23 % de las organizaciones ya destina más del 40 % de su presupuesto a innovación, frente al 14 % que lo hace en cumplimiento.
Esta disparidad en la inversión subraya una mentalidad estratégica: aunque el cumplimiento es ineludible, las organizaciones están optando por invertir más fuertemente en capacidades con visión de futuro.
La evidencia es clara: un 23 % de las organizaciones asigna más del 40 % de su presupuesto a la innovación, comparado con solo un 14 % que dedica una cantidad similar a iniciativas regulatorias.
Quien logre equilibrar ambas fuerzas —cumplir y crear— marcará el ritmo de la próxima década de transformación.
El próximo gran disruptor
Más allá de los A2A, el panorama muestra nuevas fuerzas emergentes.
Los pagos push cuenta a cuenta son vistos como el principal disruptor mundial (41 %), seguidos muy de cerca por las redes instantáneas transfronterizas (38 %).
El enfoque varía según la región:
En Norteamérica, 42 % considera que las redes instantáneas cross-border serán el cambio más transformador.
En MEA (52 %) y Asia Pacífico (43 %), el protagonismo recae en los pagos A2A push, impulsados por la digitalización acelerada de los ecosistemas locales.
Esta diversidad de visiones demuestra que el futuro de los pagos será simultáneamente global y regional, donde cada mercado encontrará su propio camino hacia la interoperabilidad.
Hacia 2030: interoperabilidad como destino
La hoja de ruta hacia 2030 está marcada por tres prioridades: modernización tecnológica, conectividad y resiliencia.
Una industria sustentada en la nube, operando en tiempo real y conectada a través de pagos A2A.
Un ecosistema donde la colaboración entre bancos, fintechs y reguladores definirá qué tan rápido avanzamos hacia un sistema financiero verdaderamente global.
“El desafío no es solo innovar, sino escalar.
La modernización no puede esperar; es el fundamento del futuro de los pagos.”
Fuente: Finextra Research & ACI Worldwide